DECISIONES GENERALES DE CARÁCTER PEDAGÓGICO Y DIDÁCTICO PROPIAS DEL CENTRO
Los aspectos pedagógicos y didácticos de nuestro Centro giran en torno a cuatro apartados importantes: aprendizaje activo, respeto a las diferencias, coordinación docente y relación con las familias.
APRENDIZAJE ACTIVO
Nuestra propuesta se basa en el aprendizaje activo, consciente y basado en la experiencia.
Para conseguirlo apostamos por el diseño de actividades flexibles que lleven al alumnado a la toma de decisiones sobre su propio aprendizaje, que impliquen la consecución de retos por medio de la motivación intrínseca (interés en la tarea por la propia satisfacción) más allá de las calificaciones, que susciten el interés y la curiosidad y que tengan aplicabilidad práctica.
El error forma parte del proceso, no se considera negativo sino necesario para que se produzca el aprendizaje, eliminando así el miedo al fracaso, que impide aprender. Se fomenta la autocorrección, el rol del docente no incluye corregir sino crear situaciones de aprendizaje que permitan alcanzar el desarrollo de las competencias.
Trabajamos por proyectos integrando varias materias y competencias. Gracias a que nuestros agrupamientos son heterogéneos, al ser internivel, se facilitala puesta en práctica de diversas estrategias como el trabajo cooperativo o el aprendizaje autorregulado. También damos importancia al valor que tiene el juego y la creatividad como motores del aprendizaje.
RESPETO A LAS DIFERENCIAS
El alumno es el responsable activo de su aprendizaje, por eso, en cada caso, el proceso es diferente y único, según las peculiaridades de cada uno/a (ritmo de aprendizaje, necesidades, capacidades, estrategias adquiridas, integración en el grupo, intereses, etc …). Para conseguir el respeto a estas diferencias se llevarán a cabo las siguientes medidas:
Organización del espacio y del tiempo:Se organizará por zonas-ambientes que hagan del espacio un lugar adaptable, flexible, variado, polivalente, comunicable, vivo y bello. De esta manera se deja atrás el concepto de aula para hablar de espacios preparados para que el alumnado pueda aprender de manera activa y vivencial desde la no directividad o intervención del docente.
Se prestará atención tanto al espacio interior como al exterior, propiciando en ambos una cantidad óptima de oportunidades de aprendizaje.
El espacio debe favorecer la autonomía de los/as niños/as, su curiosidad y necesidad de descubrimiento y experimentación. Además debe permitir diferentes tipos de agrupamientos, según las necesidades que van surgiendo y la actividades que se van planteando: individual, parejas, pequeño grupo, gran grupo. Algunos ejemplos de espacio son: espacio de escritura, de lectura, de cálculo, juegos de mesa, construcciones, juego simbólico, arte, experimentación, movimiento, música, ciencias, etc, …
El tiempo se organizará respetado las características psicoevolutivas de los niños/as y sus intereses.
La reflexión sobre la organización de los espacios y los tiempos debe ser constante. Las necesidades e intereses de los alumnos/as deben estar cubiertas. Las opiniones del alumnado enriquecen la visión del docente.
Importancia de los materiales: Estarán accesibles y visibles, clasificados y descentralizados. Pedagógicamente, deben responder al momento en el que se encuentra el/la niño/a y tener en cuenta qué objetivos y contenidos queremos trabajar.
Serán manipulativos, útiles y tendrán un sentido real. También deben fomentar la imaginación y la creatividad. Se desecharán en todo caso los materiales, juegos, cuentos y canciones con contenido sexista. De la misma manera, se procurará que las propuestas didácticas incluyan también roles femeninos, no sólo masculinos, y que no sean sexistas. Partiendo de ello todo el alumnado tendrá libre acceso a todos los materiales, ambientes, disfraces y juguetes independientemente de su sexo.
Físicamente han de ser no tóxicos, manejables, duraderos y, a ser posible, fabricados con materiales naturales y/o reciclados.
Eliminar ruido visual: Se evitará la sobrecarga de estímulos visuales que no aportan nada al espacio (pósters, murales, decoraciones, acúmulo de objetos), sino que lo saturan y sobre estimulan al alumnado, distrayéndole de sus verdaderos propósitos. El objetivo es conseguir espacios despejados, relajados, seguros, funcionales y con colores neutros que inspiren paz y equilibrio.
Evitar “enseñar” materia no adecuada a sus peculiaridades: Confiamos en el potencial de los niños y niñas para aprender. Al conocer las distintas etapas de desarrollo sabemos que todo llega a su debido tiempo, sin necesidad de adelantar ni machacar contenidos.
Los “deberes”, entendidos como trabajo impuesto para casa, no se contemplan en nuestra manera de entender la educación. Al existir gran diversidad de intereses y necesidades no sería lógico exigir las mismas actividades para todos. También huimos de la directividad.. Se trata de que cada niño/a investigue en su casa lo que surja de su propia iniciativa a partir de las distintas propuestas didáticas. El docente se convierte en un gran observador para saber en qué momento se encuentra cada alumno/a y qué necesita, además de ofrecer seguridad, respeto y empatía. Es su labor apoyar, ampliar y completar el aprendizaje autodirigido del alumno/a.
Acercarse a la naturaleza: La vida moderna ha ido disminuyendo progresivamente nuestro contacto con la naturaleza. Los niños y niñas pasan un montón de horas dentro del colegio o conectados a la tecnología y separados del mundo natural, algo que conlleva a una pérdida de espontaneidad, sensibilidad y alegría, la alteración de nuestros biorritmos y, en consecuencia, la aparición de numerosos trastornos físicos y psíquicos: obesidad, aumento de problemas de concentración, incremento de los comportamientos violentos, asmas, alergias, etc.
Con el fin de contrarrestar el déficit de Naturaleza, aportamos una serie de medidas:
• Procurar elegir materiales naturales y no tanto de plástico y otros productos sintéticos.
• Considerar el uso de piedras, tronquitos, semillas, hojas, palitos, etc… en la elaboración de materiales o propuesta de actividades.
• Tener plantas dentro del aula, incluyendo comestibles y/o aromáticas.
• Fomentar el uso del huerto escolar.
• Habilitar espacios donde los niños puedan jugar con arena, agua, etc.
• Organizar salidas a espacios naturales cercanos.
Fomentar la cooperación y no la competitividad: evitando en todo momento juegos y actividades competitivas y fomentando la colaboración en la búsqueda de un objetivo común. La competitividad anula la motivación intrínseca, que es lo activa el aprendizaje.
Las calificaciones en general quedan fuera de la vida rutinaria del Centro y relegadas única y exclusivamente al intercambio de información con las familias y la Administración Educativa.
Importancia del adecuado uso del lenguaje: El lenguaje que se utiliza en el trato con la Infancia está plagado de amenazas, chantajes, etiquetas, humillaciones, manipulaciones, gritos, descalificaciones, comparaciones, etc… y los/as niños/as reproducen esto en su propio lenguaje porque lo extraen del mundo adulto. Tal es su sufrimiento al respecto que en cuanto tienen a otro/a niño/a más débil delante utilizan contra él/ella todas estas estrategias de la misma manera que primero se utilizaron contra ellos/as.
Desde el Centro somos conscientes de que es una realidad verdaderamente difícil de cambiar, empezando por los propios docentes que también de niños fuimos educados en estas circunstancias.
A pesar de todo, nuestra pretensión es la de cambiar este lenguaje por uno basado en el respeto y la empatía. Esperamos conseguirlo con la ayuda de toda la Comunidad Educativa. El primer paso será el trabajo individual para reconocer en el lenguaje propio el uso de todas estas fórmulas negativas que se dicen inintencionadamente pero que causan grave daño al desarrollo infantil.
Por otro lado, defendemos un lenguaje no sexista que incluya a las mujeres, que libere a los niños y a las niñas de conceptos como “campeones” y “princesas” y que permita a los padres “coser botones” y a las madres “arreglar objetos”.
No utilizar juicios: al confiar en la capacidad del alumnado para aprender, no emitimos juicios. A nadie le gusta ser juzgado.
No decimos “podría estar mejor”, “me gusta” o “muy bien”, por poner algunos ejemplos. Un aparentemente inofensivo “muy bien” le roba al niño el propio placer de logro, le manipula hacia los intereses del adulto, le hace adicto a los elogios, con pérdida de interés por la actividad si no obtiene el “muy bien” o disminuyendo su capacidad para arriesgarse, así como su independencia.
En un grupo heterogéneo, quien juega, investiga o trabaja puede conquistar la seguridad de sus verdaderos deseos, necesidades y capacidades. Puede trabajar sin que su tarea se vea condicionada por la búsqueda de la aceptación de los demás o por el miedo a no ser correcto o a ser diferente. Desaparece el juicio externo y el juicio interno, y se hace posible el verdadero aprendizaje.
Sí compartimos la alegría que experimenta un/a niño/a ante el logro de cada aprendizaje (“me alegro por ti”).
No utilizar refuerzos ni negativos ni positivos: En nuestro Centro no hacemos uso de medidas conductistas tales como los castigos o las recompensas.
“El castigo, incluso referido eufemísticamente como consecuencias, tiende a generar ira, desafío, y deseo de venganza. Más aún, proporciona un modelo del uso del poder en lugar de la razón y rompe la importante relación entre el adulto y el niño.” (Khon, 1994).
Con respecto a las recompensas, las investigaciones y la lógica sugieren que el castigo y las recompensas no son realmente opuestos, sino dos caras de la misma moneda. Ambas estrategias se convierten en formas de tratar de manipular el comportamiento de alguien. Se ha demostrado que no tienen efectividad, ya que cuando la recompensa para, el comportamiento vuelve a ser como era antes de recibir recompensas. Al tratarse de una motivación extrínseca, sólo se modifica la conducta, no los compromisos emocionales o cognitivos que hay detrás. El niño constantemente se hace la pregunta de “¿qué esperan los demás de mí?”, en lugar de “¿qué quiero yo realmente?”. Lo cual es muy peligroso desde el punto de vista social.
Además las recompensas, producen una pérdida de interés en la tarea, al quedar fuera de juego la motivación intrínseca, los/as niños/as se vuelven menos inclinados a explorar ideas, pensar en forma creativa, y tomar riesgos. Cuando hay recompensas de por medio, siempre suelen elegir la tarea más fácil.
Respeto a las necesidades emocionales individuales: Hay 4 emociones básicas: alegría, tristeza, miedo y rabia. Todas ellas cumplen su función dentro del desarrollo humano. Por eso nunca deben ser reprimidas, especialmente en edad infantil. Expresar las emociones es sano y reprimirlas, totalmente perjudicial para el desarrollo. Nunca se le dirá a un niño “no llores”, “no te enfades”, “no tengas miedo”… Nunca trasmitirle que llorar es algo malo o que no tiene derecho a sentir rabia. Siempre hay una causa detrás y debemos empatizar con ella. Simplemente validar lo que siente, aunque no se pueda hacer nada para remediar el daño causante. No podemos dejarle lastima a otros o dañar materiales del entorno, pero sí reconocer sus sentimientos y acompañarle para que no los exprese en soledad.
Confianza en el desarrollo infantil: Venimos a este mundo preparados para empezar a aprender desde que nacemos. Confiamos en los niños/as, en su potencial y en su competencia. Desde hace tiempo se viene transmitiendo una idea equivocada sobre la infancia, como si los niños/as fueran unos/as inútiles y unos incompetentes y no fueran capaces de conseguir nada sin la supervisión y ayuda de los adultos. Nuestra función es creer en ellos, proporcionarles seguridad y pensar que hay una buena razón para todo lo que hacen. Si perciben que no creemos en ellos, desarrollarán la creencia de que todo esfuerzo es en balde, y de que no van a ser capaces de lograr su objetivo (indefensión aprendida).
Además, las “etiquetas” que se vierten sobre el alumnado, consiguen simplemente el efecto de la profecía autocumplida.
Límites necesarios para un ambiente seguro y relajado: Es función del docente establecer y velar por el cumplimiento de los límites necesarios para que el ambiente sea seguro y relajado. Todos deben conocer los límites. La ausencia de límites o su desconocimiento crea inseguridad.
En cada grupo serán necesarios unos límites distintos, en función del espacio y de las personas que conforman el grupo. Cuando en un grupo se sienten muchas necesidades cubiertas, será necesaria menos cantidad de límites.
Los límites han de ser tanto físicos como de convivencia. Pero son comunitarios, no existe una relación autoritaria con respecto a los límites. No se imponen, pero se hace imposible no respetarlos. (No se permite hacer daño físico o verbal, No se pueden arrebatar cosas de las manos de otros, No es obligatorio compartir, No se puede subir a las mesas, Cuando la profesora está atendiendo a un alumno individualmente no se les puede molestar, Cuando se acaba una actividad todo el material vuelve a su lugar ordenadamente, No se malgasta material,…..)
COORDINACIÓN DOCENTE
La coordinación docente es clave para el desarrollo y enriquecimiento de las respuestas educativas.
Se establece una reunión de coordinación docente una hora quincenalmente. Cuando sea necesario se ampliará a una hora semanal si todo el claustro está de acuerdo al no tener retribución por desplazamientos (limitado a una vez cada quince días).
Igualmente, se utilizarán varios grupos de whatsapp (de Centro y de etapa) para compartir información y la coordinación del trabajo por proyectos.
RELACIÓN CON LAS FAMILIAS
La implicación de las familias es algo básico para el desarrollo adecuado de los aprendizajes. Desde el Centro se trabajará en distintos aspectos:
Facilitar información: por medio de tutorías, reuniones, página web e incluso redes sociales, se facilitará información sobre todo lo que implique a las familias y sus hijos/as, así como la información contenida en este documento.
Abrir espacios de encuentro y formación: En la medida de lo posible se organizarán encuentro y formaciones abiertas a las familias sobre cuestiones pedagógicas y didácticas en la línea del Centro.
Potenciar la participación de las familias: Se intentará implicar a las familias en todos los aspectos pedagógicos y didácticos propios del Centro.